martes, 6 de septiembre de 2016

No abras la puerta

Hace años, estaban en su casa, tan tranquilos María una señora de 40 años que se había divorciado recientemente, con su hijo pequeño de tan solo 8 años.


Como era de costumbre María se tenía que ir todas las noches a trabajar, debido a que era una mujer con muchas responsabilidades (tanto en su trabajo como en su casa). Pero aquel día sería muy diferente al resto de los demás; ya que, cuando se encontraban cenando vieron en las noticias que un asesino en serie, muy peligroso y agresivo había escapado del centro penitenciario de la ciudad. Lo más grave de la noticia no era que este interno hubiese escapado, lo peor era que había sido visto a pocas calles cercanas del hogar de la familia.



Esto provoco la incertidumbre de María que al irse al trabajo tenía que dejar a su hijo solo en casa.
María para prevenir desgracias cerró las ventanas y puertas, entonces a su hijo le dijo lo siguiente: No abras ninguna ventana ni las puertas aunque llevo las llaves por si ocurre algo, llamare 3 veces seguidas al timbre o simplemente me reconocerás por la voz y entonces sabrás que soy yo.

Llegado el momento María se fue a trabajar y dejo a su hijo solo. Este lleno de miedo, cerró bien la puerta y se puso a ver la tele para despejar su mente. Al cabo de un rato, el chico ya estaba dormido cuando de pronto llamaron a la puerta, el chico se despertó y aterrado se dirigió muy despacio hacia la puerta y dijo: ¿eres tu mamá? La respuesta vino con otra serie de golpes acompañados de un susurro escalofriante que decía JABREME DA PUETA.


El niño aterrorizado huyo hacia su habitación donde se pasó la noche llorando y esperando a que llegase su madre, hasta tal punto que se quedó dormido y al día siguiente cuando despertó se dio cuenta que su madre no había vuelto.


Aun con miedo se dirigió temblando a la puerta que conducía a la salida de la casa y se encontró a su madre con las piernas cortadas (por lo que no pudo llegar al timbre), la lengua cortada (por lo que no le pudo reconocer la voz) y totalmente ensangrentada.

Desde ese día este chico tuvo que estar hospitalizado en un psiquiátrico y no pudo dormir sin sufrir constantes pesadillas.

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