domingo, 21 de agosto de 2016

El hombre lobo de España

Presente en muchas culturas de todo el mundo, se trata a lo mejor del más universal de todos los mitos. El hombre lobo es una criatura legendaria que se remonta casi al mismo origen de la humanidad y su alargada sombra sigue aterrorizando aun hoy a las personas, sobre todo y especialmente durante las noches de luna llena. Pero en ocasiones la realidad supera a la ficción, y España también tuvo o más bien padecieron las andanzas de un peculiar hombre lobo: el gallego Manuel Blanco Romasanta, cometió a mediados del siglo XIX entre 9 y 13 brutales asesinatos de mujeres y niños a los que extraía la grasa junto a sus pertenencias.



Por la ejecución de tales crímenes, a Romasanta se le considero un asesino en serie y se le diagnostico licantropía clínica, el único caso de tales características sucedido en la historia de España. La licantropía clínica es una enfermedad de origen mental que provoca una alucinación en la persona afectada que le hace creer que es o que puede transformarse en una ni animal. Precisamente, este trastorno fue el que alego Romasanta en su defensa, aseguro haber sido víctima de un maleficio que le transformaba en lobo y le obligaba a asesinar.


Más bien el calificativo animalesco le vino por la forma como terminaban sus víctimas, las descuartizaba, les extraía la grasa para venderla y dejaba sus despojos al aire libre, lo que motivaba la atracción de los lobos, quienes mordían y desgarraban los cadáveres con sus afilados colmillos. De esta manera, Romasanta se construyó la leyenda que podría servirle  de coartada en los juicios por sus asesinatos.


Romasanta, que apenas medio 1 metro con 37 centímetros de altura, seguía un metódico patrón previo a la comisión de los crímenes. Cortejaba y engatusaba aun perfil de mujer madura y soltera. Cuando se ganaba su confianza las convencía para cambiar de ciudad a cambio de conseguirles un buen trabajo; pero durante el trayecto, como en un viaje sin retorno, acababa con ellas. Era un embaucador que hizo de la mentira y la manipulación su modo de vida. Hasta que fue descubierto y confesó.


La historia del hombre lobo no resulto creíble en los tribunales y los médicos consideraron que todo era un montaje ideado por el propio Romasanta. El informe médico dado en el juicio concluía que el considerado hombre lobo de allariz (Ourense) “era un ser perverso, consumado criminal, capaz de todo, frio y sereno, sin bondad”. Gracias a la intermediación de la reina Isabel II, Romasanta se libró del garrote vil, sentencia al que fue condenado el 6 de abril de 1853. Una carta de súplica remitida por su abogado ablando a la monarca, que conmuto la pena capital por la cadena perpetua.



Quizá una infancia traumática padecida marcada por un pseudohermafroditismo femenino (Romasanta  nació mujer pero segregaba hormonas masculinas que lo masculinizaron y le otorgaron características físicas de hombre) pudo influir en su posterior enajenación y conducta criminal. Esta atípica condición solo afecta a uno de entre cada 10000 o 15000 nacidos.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por participa en esta pagina.